En el caso de la homosexualidad algunos autores piensan que ésta se debe a factores constitucionales de base hereditarias, en tanto que otros propugnan que se origina en las condiciones patógenas del núcleo familiar, que son los padres los que más tarde condicionarán las actitudes y las formas de percibir al compañero sexual.
En mi percepción, el carácter neurótico de la homosexualidad proviene de los impulsos sexuales que no logran canalizar óptimamente los instintos de vida (Eros) y muerte (Thánatos), los cuales se reavivan ante el peligro de castración por una mala resolución del Complejo de Edipo), es decir que la libido (energía sexual) no se dirige a la madre sino al padre. El padre no ha logrado instaurar la ley del deseo si no que únicamente este proceso se ha quedado en una amenaza, aquello va a estructurar un Sujeto que vivencia su individuación como una tragicomedia que lo hace sentir en una encrucijada donde por una mala identificación elige a un objeto de deseo masculino.
La homosexualidad nace de la lucha del Sujeto por preservar su propia yoeidad la cual resuelve llamando la atención por medio de la agresividad ante sus padres que son agentes frustrantes que lo obligan a actuar con conductas reiterativas, con roles que le resultan aversivos, lo cual le hace sentir débil ante el mundo al que vivencia como peligroso.
Sea como sea, la homosexualidad viene a reactualizar los prejuicios y la conciencia moral de una sociedad intolerante. El homosexual pasivo o activo siempre va a actuar en la clandestinidad porque los espacios públicos en los cuales podría manifestarse son restringidos o no ni existen porque su identidad sexual es cuestionada.
Al vivir una vida en la sombra, los homosexuales son víctimas y victimarios, los persigue y maltrata la policía o seducen a los niños a cambio de dinero o, como hace poco en los Estados Unidos algunos sacerdotes paidófilos fueron denunciados por maltratar y abusar sexualmente a algunos niños.Tomando en cuenta que la homosexualidad se convierte en un problema social se debería hacer campañas de prevención contra las enfermedades de trasmisión sexual como la sífilis, la gonorrea o el Sida, el uso del preservativo y también habría que empezar a pensar en la homosexualidad como una forma de elección libre del objeto de amor, en definitiva como una identidad además de posibilitar que estos grupos encuentren espacios de afirmación, de participación ciudadana, en donde tengan voz e injerencia en la toma de decisiones, que busquen trascender las formas de amar (heterosexual u homosexual) de nuestra sociedad atravesada por el machismo porque atreverse salir del “closet” es también una acción revolucionaria.
José Villarroel Yanchapaxi
No hay comentarios:
Publicar un comentario