miércoles, 24 de septiembre de 2008

La carishina o huaricha y el guarmilla

La Carishina o Huaricha y el Guarmilla
En casi todas las fiestas populares andinas, se presenta una pareja de bailarines: la carishina o huaricha y el guardilla; juntos embroman burlescamente un conflicto de géneros soterrado y el machismo, herencia de la conquista española. En el mundo andino, las guarmis (mujeres) que no gustan de hacer las tareas domésticas y del campo, y son descuidadas en su presentación personal, son llamadas Huarichas o Carishinas. Este apelativo constituye un insulto fuerte para las mujeres mestizas, y este personaje es representado por un hombre que satiriza y parodia el mal comportamiento de las mujeres. Su vestimenta es un largo camisón con llamativos colores y apliques de oro y plata, su pelo es alborotado, sea de color amarillo o negro, porta una careta en la que resaltan los rasgos faciales de una mujer vanidosa y coqueta: ojos grandes, cejas bien pronunciadas y acentuadas de colores vivos, boca rojísima y ancha con una sonrisa que muestra una impecable dentadura que recuerda a las meretrices y vampiresas urbanas, medias nylon o talla única color carne en la que frecuentemente se ponen billetes que significan el precio en que se cotizan, y además calzan zapatillas.
En la mano la huaricha sostiene un cabestro o un acial con el que castiga a los que entorpecen el paso de la comparsa, y va bailando sensualmente por la calle. Frecuentemente saca a bailar a los hombres a los que coquetea y muestra sus encantos junto con su compañero el guardilla, que es representado por una mujer que va cargando el guagua a la espalda y una escoba en la mano haciendo alusión a los blancos y mestizos mantenidos por las mujeres, donjuanes, bohemios y bebedores. También esta palabra “guarmilla” es un insulto en las comunidades indígenas y en los mestizos y hace alusión a los hombres que crean conflictos entre las parejas de enamorados o esposos. La huaricha o carishina y el guarmilla son personajes satíricos que remedan los defectos y errores de las autoridades, policías, curas, monjas y demás pobladores de mal vivir. Ambos representan la conciencia popular y dan cuenta de la mentalidad del mundo andino, por cuanto en la fiesta ambos tienen igual derecho de develar los defectos y virtudes de hombres y mujeres.
José Villarroel Yanchapaxi

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